El verdadero amor es un asunto de almas, no de cuerpos

Una reflexión que es muy comun en esta sociedad, y que tal vez te habra pasado a ti, o a alguna persona conocida.  Vale la pena leer !!

Erase una vez una “gordita” que enamoró perdidamente a un muchacho en forma y hermoso. En la soledad de sus departamentos, en el auto en un callejón a oscuras y en todos los moteles tenían sexo y se hacían el amor.

Sin embargo, el nunca por un año la sacó a un parque, a comer o simplemente al cine. Ella lo escuchaba negarla ante sus amigos y se molestaba. Pero cedía cuando escuchaba los te amo al oído, cuando sentía sus manos o cuando sus labios la callaban cuando llorando peleaba.

Un buen día la chica se cansó y eligió irse sin mirar atrás. Pasaron seis meses de angustia donde ambos en las noches se bebían las lágrimas e intentaron refugiarse en otros cuerpos, pero de nada sirvió.

El chico no aguantó más el vacío en su corazón e invito a sus amigos a salir. Allí en una mesa les dijo: “Necesito que me aconsejen, estoy enamorado como nunca, de una mujer excepcional pero no perfecta para los ojos de nadie.”

Les confesó de quien estaba enamorado y ellos sorprendentemente le aconsejaron que se olvidara de la gente y la buscara. El chico se subió a su auto y voló a el departamento de ella. Tocó la puerta y para su sorpresa encontró una chica más esbelta, arreglada… Más hermosa. Se arrodilló y pidió perdón. Lloró por horas sin parar y ella solo le dijo…

“Lo lamento, mientras me fui porque no era lo suficientemente linda para ti, llegó alguien a mi vida que en vez de salir corriendo y criticarme, me enseño como alimentarme y durante varios meses me apoyo a ejercitarme. Nunca me dejó sola.  Ahora tengo un hombre a mi lado. Un hombre completo que vio lo mejor de mi. Que te vaya bien.”

Cerró la puerta y lo dejó allí sufriendo, igual que como ella lo sufrió por eternas noches.

Moraleja: “Si amas a alguien estarás orgulloso de que todos lo sepan y jamás la harás sufrir.”

“El verdadero amor es un asunto de almas, no de cuerpos”.

Es por eso que los afectos que dependen de las formas físicas son transitorios.

Aparecen unas arrugas, unos kilos de más o de menos y ya no hay más cariño…

Eso no es amor, eso es una atracción magnética pasajera basada en lo externo, sin ninguna profundidad ni fuerza.

Pero para el verdadero amor no existe estatura ni edad ni apariencia, es un asunto de alma a alma, es amar la energía que emana del otro, porque esa energía es el resumen de todo lo que esa persona es internamente.

Para esa clase de sentimiento no existen las distancias ni el tiempo. Ese amor no se extingue ni siquiera con la muerte.