Si bien es cierto que, dependiendo de tu postura al dormir, puedes usar alternativas o incluso prescindir de ella. Por ejemplo, si duermes siempre boca arriba (y apenas te mueves durante la noche), puedes permitirte el lujo de no usar una almohada común. Pero si duermes de lado, necesitas una almohada baja que te permita mantener la cabeza recta con respecto a la columna vertebral.
Aunque lo habitual es contar con la compañía de una cómoda almohada a la hora de dormir, son muchas las personas que se deshacen de ella durante el descanso nocturno. Un hábito que para ellos resulta la opción más confortable, pero que ¿afecta negativamente a su salud? Las opiniones de los expertos no pueden ser más variadas.
Por un lado, algunos profesionales aseguran que dormir sin almohada te ayuda a evitar el dolor de espalda, al descansar la columna siguiendo la curvartura natural del cuerpo; previene el dolor de cuello o puede alinear los huesos, pues normaliza la estructura ósea. Sin embargo, también alertan de que no todo el mundo está abierto a esta tendencia, pues ante todo debes sentirte cómodo y relajado.
Además, dormir sin almohada solo es posible para aquellas personas que están toda la noche boca arriba, se mueven poco y tienen una complexión pequeña. De lo contrarío, corren el riesgo de sufrir dolores musculares al inclinar ligerablemente el cuello durante tantas horas. No obstante, tal y como hemos dicho anteriormente, todo depende del individuo, su estado de salud y su comodidad.
1. Previene el dolor de espalda
Muchas almohadas pueden llevarnos a una posición antinatural para dormir, y el apoyo que brindan no dura mucho. Aunque la almohada en sí misma no hará que te duela la espalda, puede empeorar muchos de los síntomas subyacentes. Cuando duermes sin almohada, tu columna puede descansar y tu cuerpo está en su posición natural.
2. Te ayuda a lidiar con el dolor de cuello
La mayoría de las almohadas no pueden ayudarte a descansar en la posición correcta, e incluso pueden empeorar las posturas para dormir. Doblar el cuello de alguna manera durante mucho tiempo te hará sentir incómodo, y las almohadas que son demasiado firmes o demasiado blandas pueden provocar dolor de cuello.
3. Combate los dolores de cabeza
Si te despiertas con dolor de cabeza o te sientes mareado, tu almohada podría ser la culpable. Las almohadas demasiado altas hacen que la cabeza y el cuello se doblen hacia delante y añaden más tensión a los músculos del cuello. Esto podría provocarte dolor de cabeza por la mañana una vez que te hayas levantado de la cama.
4. Puede aliviar el estrés
Si tu almohada te hace sentir incómodo por la noche, podrías terminar dando vueltas mientras duermes. Cuantas más alteraciones del sueño tengas, menos tiempo tendrá tu cuerpo para realizar muchas funciones importantes que ocurren mientras dormimos. La privación constante del sueño puede afectar tu estado de ánimo y tus habilidades de pensamiento, y hará que tu cuerpo libere más hormonas del estrés durante el día.
5. Previene el acné facial
Tu piel te agradecerá que te deshagas de tu almohada. Normalmente, tu cara está presionada contra la almohada la mayor parte del tiempo durante la noche. Probablemente no laves la funda de tu almohada todos los días, y esta acumula suciedad, aceite y polvo doméstico. Todo esto puede provocar brotes, inflamación y arrugas prematuras.
Si te despiertas por la mañana con el cabello seco y enredado, es posible que desees renunciar a la almohada por el bien de tus mechones. Cuando estás dando vueltas por la noche, tu cabello se frota contra la funda de la almohada, lo que hace que se rompa. Las fundas de almohada también pueden absorber los aceites de tu cabello, dejándolo seco y quebradizo.
6. Puede ser bueno para tu cabello
Si te despiertas por la mañana con el cabello seco y enredado, es posible que desees renunciar a la almohada por el bien de tus mechones. Cuando estás dando vueltas por la noche, tu cabello se frota contra la funda de la almohada, lo que hace que se rompa. Las fundas de almohada también pueden absorber los aceites de tu cabello, dejándolo seco y quebradizo.
Advertencia: recuerda que este artículo solo tiene fines informativos. Para obtener asesoramiento profesional y un diagnóstico adecuado, consulta a tu médico.
¿Duermes con almohada o sin ella? ¿Has notado cómo te afecta? Cuéntanos en los comentarios de abajo.