La perimenopausia es conocida como la transición hacia la menopausia, mediante la cual el cuerpo de la mujer experimenta una transición natural a la menopausia, marcando el final de su etapa reproductiva.
La menopausia ha dejado de ser un tema tabú y se ha convertido en uno de los padecimientos naturales de la mujer más reseñados en la actualidad por los portales de salud, sin embargo, no muchos le han prestado atención a la perimenopausia, que no es más que ese período, normalmente de un año, anterior al comienzo de la menopausia y que tiene sus propios síntomas, causados por los cambios hormonales que la mujer comienza a sufrir y que se expresan en alteraciones de índole biológico.
Es en este período cuando los órganos reproductores de la mujer comienzan a ralentizarse en su funcionamiento principal, indicando la llegada de la menopausia.
La progesterona y los estrógenos son las dos hormonas sexuales claves en este proceso anterior a la menopausia, esto porque la producción de las mismas se ve alterada de manera notable, lo que causa variaciones en el flujo menstrual.
Te debes estar preguntando en qué deriva ello, pues la primera diferencia que se suele notar es que la ovulación comienza a ser menos frecuente de lo habitual, esto porque los ovarios detienen progresivamente la producción de óvulos, por ende, las fechas y periodicidad del flujo menstrual se ve alterado.
Datos básicos de la perimenopausia
Lo primero que debes saber es que la perimenopausia se suele presentar un año antes de la menopausia, entre las edades comprendidas de 40 a 50 años, siendo la edad de 45 años la más común en promedio.
También se puede destacar que dicho padecimiento se puede alargar hasta por dos años, todo dependerá del organismo de la mujer y, aunque la ovulación se altera, esto no significa que no se puede quedar embarazada si se presenta la perimenopausia, pues la misma no se traduce en ausencia de óvulos sino de alteraciones en su producción.
Cómo identificar la perimenopausia
Identificar el inicio y fin de la perimenopausia no es tan difícil, ya que el primer síntoma, característico de la misma, es la alteración del flujo menstrual, pudiendo ser más o menos abundante y dándose en períodos irregulares, algo que cualquier mujer con un control menstrual podrá identificar.
Además, las mismas serán de una duración menor a la acostumbrada, lo que podría generar alertas en quienes lo padezcan, pudiendo ser confundida con problemas de otra índole, es por eso que se recomienda a las mujeres llevar un control ginecológico continuo, para que esto no tome por sorpresa y estar preparadas.
Los síntomas antes mencionados no son los únicos pues con el cambio en la periodicidad de la menstruación también vienen las alteraciones hormonales que pueden causar depresión, tristeza y hasta angustia por el proceso que se está viviendo de la perimenopausia hacia la menopausia.
En algunos casos suele presentarse un aumento del deseo sexual en las mujeres durante esta época, también producto de las alteraciones hormonales. Se debe cuidar también no excederse en la comida y mejorar el estilo de vida de ser necesario, pues la perimenopausia puede traer consigo también un aumento de peso sorpresivo.
Llevar una dieta balance es crucial para conseguir el equilibrio hormonal, ya que la alimentación cumple un rol muy importante, y en este caso, debe estar más cuidada que nunca. Pero debemos estar conscientes de que esta es otra etapa más en la vida de una mujer.